El acrílico ha llegado para quedarse, su funcionalidad, versatilidad, durabilidad y el realce que se logra al colocar piezas o muebles de acrílico en el hogar o la oficina lo convierten en uno de los materiales consentidos de los conocedores.

Contrario a lo que se piensa, el acrílico, además de ligero y resistente, tiene una ventaja más: su cuidado y mantenimiento es fácil y no se ocupa de equipo especial o materiales extraños o caros.

Aquí te contamos de forma clara y rápida como darles mantenimiento.

1. Limpieza general. Utiliza un paño suave y seco para retirar el polvo o la suciedad. De preferencia de algodón o material no rugoso. Limpia de forma uniforme de un extremo a otro de la pieza, hasta completar toda el área.
2. Preparar la fórmula. Mezcla jabón líquido con agua y colócalo en un recipiente que tenga atomizador.
3. Verificación. Si en la primera limpieza con el paño seco quedaron rastros de suciedad o polvo. Utilizaremos otro paño de las mismas condiciones, el cual humedecemos y exprimiremos el exceso de agua, para dar una segunda pasada a nuestro acrílico, cerciorándose de que la suciedad o polvo desaparezcan.
4. Limpieza a fondo. Utilizamos nuestro atomizador con la mezcla de jabón líquido y agua. Distribuimos de forma uniforme en la superficie de acrílico. Con el paño húmedo usado en el paso anterior, limpiamos de forma uniforme y recogemos el líquido de la superficie.
5. Final. Con un paño seco retiramos el exceso de humedad o líquido que haya quedado sobre la superficie.
   Listo, rápido y fácil.

Si tienes dudas o comentarios, no dudes en contactarnos, estamos para atenderte.

El Equipo Tsuë.